Wednesday

No hablar de

Hará unos días leí en Hombre en suspenso de Saul Bellow algo que me recordó mucho a cuando era un teenager y me creía, temo que sin la menor justificación, un artista plástico tocado de genialidad. Así las cosas, solía encerrarme en mi "estudio" afanado en las más estrambóticas esculturas y expresionismos abstractos, sin hacer el menor caso a los ruegos de mi santa madre de cortar el césped, poner la vajilla para la cena o realizar cualquier otro género de labores, prosaicas en mi concepto, como tender la ropa, por ejemplo. Es más, cuándo la llamaban del colegio para participarla de mis recurrentes insubordinaciones y extravagancias y ella, al borde de las lagrimas, me pedía explicaciones acostumbraba a declarar altivo: "Soy un artista".

Desde luego ahora me avergüenzo de mi comportamiento desnaturalizado; he sentado cabeza y dejado la militancia en las artes plásticas de vanguardia. Cuanto mucho elijo de tarde en tarde algo de Mark Rothko o Francis Bacon, el menor, como foto de perfil de facebook. Sin embargo hay días en los que me gustaría ser un artista, sobre todo para no responder preguntas difíciles o para negarme terminantemente a hablar de temas como el aguacero que por fin se decidió a  caer hoy sobre Santiago o el porqué traigo la nariz tan magullada como Edward Norton en El club de la pelea, aquel cuya primera regla es no hablar del Club de la pelea.

Hombre en suspenso logró divertirme bastante el poco tiempo que no me deprimió. El fragmento del que hablaba decía: "Cuándo el general italiano Bergonzoli (creo que era Bergonzoli) fue capturado en Libia, se negó a discutir asuntos militares o estrategia tocante a su derrota, y dijo: 
-¡Por favor! ¡No soy un soldado! ¡Ante todo soy un poeta!"

En otro pasaje curioso, y que no tiene nada que ver con nada de lo anterior, un extraño personaje (el Espíritu de las Alternativas) asevera: "me deleitan las pequeñas incomodidades". Tomo la cita como prueba de que en materia de gustos está casi todo escrito.  

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Saturday

Summer in Siam

Cuando pienso en que no tendré vacaciones este verano y además en que, para ser el mes mas corto, Febrero se hace tan largo con sus 32° a la sombra. Y si a aquellas consideraciones les sumamos cierto estado de ánimo afín a la resaca que padezco lo más valientemente que puedo y me pongo a pensar en el pobre estado de mi dentadura y en lo difícil que resultaría sostener el sushi entre los palillos con tan mal pulso, entonces la canción no podría ser otra que Summer in Siam de mis queridos Pogues.
 

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